El Marketing tradicional sustenta su pensamiento en dos
pilares. El primero es satisfacer las necesidades y deseos de los clientes, y
la segunda, que la empresa obtenga utilidades. Esto en nuestros días no basta,
ya en los países industrializados se exige que las empresas tengan un
compromiso más allá de la creación de productos y servicios que cumplan con las
expectativas del cliente y que generen ganancias. Ahora les piden que tengan un
enfoque hacia la comunidad y se preocupen por ella; eso engloba principalmente
la protección del Medio Ambiente, lo que hoy en día se denomina Filosofía de
Dirección de Marketing Social.
Es decir, este enfoque tiene un sustento de forma
triangular; un lado es el cliente y el consumidor, el otro es la empresa y las
utilidades que pueden generar, y por último la comunidad que es la protección
del Medio Ambiente.
Ya no hay que descuidar este lado, pues ahora la comunidad
misma se lo exige y si la empresa no lo brinda se crearán problemas entre
empresa y sociedad, como lo que pasó en el sector minero, de manera específica
en Cajamarca con el proyecto de Conga.
En el Perú, este descuido ocasionó que la ciudad
cajamarquina, cansada de la contaminación ambiental se levante y ocasione un
paro general y inmovilizando la ciudad por varios días, generando grandes
pérdidas económicas y el caos social.
El Gobierno y le empresa tubo que retroceder en su proyecto
y se buscó a facilitadores que sirvan
como vínculo para llegar al pueblo. Sin embargo, el problema, luego de muchos
meses aún persiste.
Como consecuencia de estos problemas, la percepción que
tienen los ciudadanos con respecto al sector minero, es que este contamina el
Medio Ambiente. Y por ende, ahora, toca a las empresas mineras invertir más en
prevención del Medio Ambiente; trabajar con profesionales como asistentes
sociales, expertos en Marketing Social, para cambiar esa imagen negativa que
han generado estos problemas.
Esperamos que no solamente el sector minero se esfuerce en mejorar
la prevención del Medio Ambiente, sino también todas las empresas se preocupen por los
residuos tóxicos que generan en su producción, estos sean de diferente índole,
ya sean líquidos, sólidos o gaseosos. Y que no esperen que la comunidad se lo
exija.
Todo esto sea para que nosotros y nuestros hijos vivan en un
mundo mejor.
Este artículo salio publicado en el Semanario El Verde en una columna de la sección Economía